Mis viajes y…

05/07/2015 Savona – Vigano San Martino

Bueno en vista de que timofonica no me funciona, funcionaremos con la wifi del hotel.

Día esplendoroso para recordar y ya veremos qué pasa mañana o mejor dicho dentro de un rato. Me explico contando ya de paso la crónica del día.

Mañana en el barco, desayuno penoso, comida menos penosa pero también y llegada estimada a las seis de la tarde. Estimada, porque llegamos a las 18:30 y salimos del barco una hora después.

05/07/2015 Savona – Vigano San Martino

Paseando por el barco en espera de la salida

Vamos con prisa y ya habíamos decidido viajar por carretera de peaje. Funciona pero no del todo bien, porque hemos tenido algunos tramos con unas caravanas increíbles, aquí las autopistas enlazan unas con otras y en alguno de esos enlaces se forman caravanas tremendas por pasar de tres a un carril. Andamos muchos kilómetros por esas autopistas y otro atasco monumental a la hora de pagar. Hay tanta cola que decidimos parar las motos e ir empujando hasta la cabina del peaje. Pagamos y… a la moto de Alberto le da por no arrancar. Nos cruzamos seis o siete carriles para llevar la moto a un lado con cierto peligro. En ese sitio decidimos darle un empujón a la moto para arrancarla, bueno yo y 8324 mosquitos a mi alrededor. No lo conseguimos. Afortunadamente hay cerca otros moteros que muy amablemente se dignan a ayudarnos, a la primera intentona pero con varios empujando la moto de Alberto arranca. Por fin emprendemos viaje hacia el hotel.

Llegamos pasadas las diez y media de la noche y despertamos al pobre encargado que estaba durmiendo porque a las 5 de la mañana abre el hotel. Le pedimos algo de comer y sobre todo de beber. Nos da una especie de pan de pita con prosciutto y queso que no me termino porque lo encuentro muy salado (solo yo) y después de meter las motos en el garaje. Nos lo comemos en la puerta del hotel en una terraza que tiene, ya a esas horas a oscuras y vacía y dejamos al pobre hombre que siga durmiendo.

Ahora sólo nos queda asearnos, que buena falta nos hace y ver mañana cómo está el día y si arranca la moto de Alberto, el gran problema.

Entramos a la habitación, y aunque por fuera es un edificio de lo más normal, las habitaciones están completamente remodeladas y tienen aire acondicionado que funciona perfectamente. Nada que objetar, estancia más que correcta.

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