Bueno, esta crónica debería haber sido hecha el sábado en el barco, pero no ha sido posible porque timofónica no se entera. Como ése es otro tema, paso de comentar.
Hoy es nuestro último día de viaje por los Alpes, ya que por la noche embarcamos en Savona. Pero nos quedan los puertos suizos que podéis consultar en la hoja del rutómetro que os proporciono en la entrada ‘Itinerario’. La verdad, es que seguimos con más de lo mismo. Llega un punto en que las montañas te parecen ya todas iguales. Las subidas zetas interminables (tornantis como dicen en Italia) y las bajadas, tres cuartos de lo mismo. Ya no es que falten adjetivos, es que cada día que pasa, te das cuenta que los adjetivos son los mismos. Montañas ‘espectaculares’, caminos ‘imposibles’… afortunadamente, para las alturas por las que nos hemos movido, el tiempo ha sido espectacular. y salvo algunas gotas, el buen tiempo ha sido la nota predominante.
Camino del Sustenpass
Sustenpass
Sustenpass
Y dicen que ya no hay nieve en julio
Alberto dando fe del passo
Seguimos por terreno suizo
Llegamos a Grimselpass. Muchos moteros, incluso alguno octogenario se paran en este sitio. La montura y el aspecto así lo atestiguan.
Grimselpass
Motero octogenario en Grimselpass
Seguimos con nuestra etapa. Siguiente passo el de San Gotardo (bastante soso, la verdad), pero ahí está.
Hacia San Gotardo
Passo de San Gotardo
En este punto, hemos decidido olvidarnos de dos passos más que teníamos en ‘cartera’ y bajar directamente hacia Savona por autopista de peaje, que aunque dada la hora que era, no era necesario, no queríamos sufrir pasando por pueblo tras pueblo. Como anécdota, yo me he negado a seguir por la Autopista cuando hemos tenido que repostar. 30cts. más caro el litro que en cualquier gasolinera fuera de la autopista. Me pareció un atraco y no quise repostar, con lo que salimos a repostar fuera y luego volvimos a entrar para seguir hasta Savona.
La comida… en su tono medio. Pasamos del tema. Llegamos a Savona y el calor era espantoso, el ventilador de la moto se ha puesto a funcionar de manera contínua y para terminar de arreglarlo, una circulación endemoniadamente lenta. Paramos cerca del puerto pensando que con todos los restaurantes encontraríamos algo decente. Alberto tiene ganas de hamburguesa, a mí, que reconozco que tampoco me disgusta, me apunto y nos acercamos a un sitio que dan hamburguesa con carne ‘Piamontesa’, que al expresarlo así, yo pensé que sería algo así como la carne del Guadarrama. Con denominación de origen. Nada más lejos de la realidad. Las camareras muy monas, pero juro que no fuimos allí por ello, el caso es que la cena fue lamentable (en mi opinión). Pero bueno, una más (aunque en las últimas). Se salvó que por lo menos estuvimos amenizados con música.
Puerto de Savona
Por último, llegamos al puerto y nos ponemos en cola para embarcar después de sacar los billetes. Eso no se nos dio mal. Enseguida estamos con la moto en el barco y nos pasamos al camarote donde, dentro de lo que cabe, nos metemos pronto en la cama.
Esperando el embarque