Mis viajes y…

El alojamiento de ayer… Bueno, como dije, aire acondicionado, ni una silla (un taburete). Y cerca de un restaurante… Un McDonald’s. Por lo demás, es para dormir una noche. Soy permisivo. Eso sí, el desayuno normal tirando a decente que se toma fuera, o sea, en terraza, con lo que resulta más agradable aunque las vistas no sean muy bonitas que se diga.

De la carretera… Estamos en Francia, asfalto mejor y sobre todo los conductores franceses. No respetan los límites, como ninguno, pero no son salvajes como los italianos y tienen un respeto exquisito a las motos. Todos, y digo todos, se apartan para dejarte, o mejor dicho, invitarte a pasarles. No sé si será por miedo porque los moteros franceses van más a saco o simplemente respetan a las motos, pero da gusto conducir una moto por Francia.

Hoy no puedo decir que la ruta me haya dado una sorpresa. Ya desde el principio ver que eran más kilómetros y que el navegador daba menor tiempo de llegada que ayer, te da idea de que las carreteras son vías rápidas y aunque la gente piense que nos gusta poner la moto a 200, nada más lejos de la realidad (la mayoría de las veces) y todos nos aburrimos viajando por autopistas. Vamos, una ruta pesada, porque tampoco han sido unos paisajes especialmente bonitos.

He parado a comer algo porque necesitaba inflar mi culo (ustedes me disculpen). Tantos kilómetros acumulados van haciendo mella. La verdad es que hambre no he sentido nunca, el cansancio de conducir puede sobre el hambre, pero ya que paro… De la comida paso, simples tapitas para llenar la tripa (sin pasarme).

Con la parada de comer y alguna más porque todo se hace más duro al final, llego al hotel pasadas las seis. Total, la prisa por llegar es la que marca mi dolorido cuerpo. Si, ya lo sé, sarna con gusto… Pero se sufre. Se dice que la vida del turista es muy dura. Ja, cambio esa vida por la que llevamos los moteros. Viajaría mucho más relajado de como lo hago en moto.

Bueno, como es la última noche, me doy un homenaje y ceno en el hotel, que por cierto, está lleno y me apañan en la zona del bar. Tienen un menú de fin de semana muy variado y doy fe de que está muy bueno (ya he terminado) en mi caso, un risotto de boletus y unos lomos de lubina con salsa de langostinos (también estaba el langostino).

Parece que las tormentas se desplazan mañana por está zona. Lo mismo salgo bajo la lluvia. Hoy cuando estaba ya en la habitación ha caído algo de agua y ha habido unos cuantos truenos y relámpagos.

Seguiremos informando.