Bueno la etapa de hoy sí que era ligerita. Eran tan pocos kilómetros que ya de partida la alargue yéndome hacia la costa a Sant Jean de Luz. No ha sido una buena idea el sitio super turístico, super grande y además francés. Lo he visto, pero no he querido pararme. Luego he intentado buscar algo por la costa para tomar algo mirando al mar pero ha sido imposible, todo lo que está cerca de una ciudad importante, en este caso San Sebastián, no tiene nada tipo chiringuito ni parecido, de modo que me he ido hacia el destino. En el pueblo anterior he parado para comer, menú del día, sopita de cocido y pollo, o sea, comida normal.
Con todo esto, al final, a pesar de darme un paseo por San Sebastián, he llegado muy pronto, de modo que me he duchado y he salido a dar un paseo. 5 minutos andando para salirme por un lado y otros 5 minutos andando también para salirme por el otro, así de pequeñito es este pueblo. Sin embargo el entorno para los que quieran andar por caminos perdidos es espectacular. Cuatro casas perdidas en mitad del monte. Ya que no me apetece eso ni es a lo que he venido, aprovecho a ver la televisión un rato y a escribir la crónica del día.
En cuanto a la etapa en si de hoy, había varios puertecitos de nada, pero había que hacerlos para dar por terminados los Pirineos como Dios manda. El puerto de Ibañeta que desde Francia lleva a España y a Roncesvalles, el puerto de Erro, el alto de Urquiaga y el col d’Ispeguy en Francia de nuevo. Todo bien y sin incidencias, aunque como digo, los puertos son de poca importancia, el paisaje sigue siendo bonito.
En cuanto al tema turístico, tenía marcadas algunas cosas, pero luego al pasar por los sitios, me he arrepentido de parar. Roncesvalles está bien, un pueblecito francés llamado San Juan Pié de Puerto, también merece la pena parar y verlo. Yo he pasado porque hacía poco lo había visto con mi mujer, pero es un pueblín que merece la pena. Todavía en Francia y aunque muy turístico, St. Jean de Luz, también hay que verlo, pero con mi uniforme de motero, el calor que hacía y la hora que era… he paseado con la moto sin detenerme. Mucha gente y hay que tener claro a donde quieres ir. Y ya al final, Leitza, que pasando con la moto, simplemente me ha parecido un pueblo interesante. La verdad, es que la hora (aquí he estado comiendo) y el calor, desanima bastante.
Dado que la etapa era corta, podría haber cancelado el hotel y después de los puertos bajarme para casa, pero tengo el culo como un bebedero de patos y tendría que haber estado parando casi continuamente, con lo que hubiera llegado bastante tarde a casa. Casi mejor descansar y aprovechar tranquilo desde la mañana del día siguiente.
Y no hay más. Esta ha sido la última etapa pirenaica, por lo que podemos decir ‘prueba superada’. Aquí tenéis el poco documento gráfico, porque no hay grandes cosas que mostrar:
Pirineos es una maravilla, siempre apetece ir allí de cualquier forma pero con la moto se disfruta un montón. El viaje que hicimos José Ramón, Roberto y yo hace ya unos años fue una maravilla, tengo muchos buenos recuerdos de entonces.
Y cuando pase añun poco de tiempo, a volver!
Buen viaje has hecho. Las fotos muy buenas, me han gustado mucho.
Pirineos, las grandes montañas que siempre están dispuestas a darte lo mejor de sí mismas o a veces lo peor. Unas carreteras y lugares para volver, siempre.