Mis viajes y…

18/07/2020 Irún

Como todas las primeras etapas, toca acercarse al punto inicial de la ruta planificada. Configuramos el navegador para elegir la ruta más rápida y a tirar para adelante.

Sin embargo, hoy teníamos un aliciente a media ruta. Hemos quedado con un responsable de las Bodegas Ramón Bilbao en Haro, un tal Rodolfo, para que nos las enseñe. Llegamos puntuales a la cita y nos enseña las bodegas, tras lo cual nos invita a una cata de uno de sus vinos (no más que hay que conducir). Yo he elegido un rosado. Muy bueno según mis limitados conocimientos. Ellos han tomado un blanco. Todo ello aderezado de jamón, queso y chorizo. En fin, visita muy agradable, no solo por la cata sino por sus explicaciones y la vista de las bodegas.

18/07/2020 Irún

Visita a las Bodegas Ramón Bilbao

Se hace la hora de comer. ¿Qué mejor que preguntar a este señor tan amable de las Bodegas por un sitio? El los conocerá bien por vivir allí. Dicho y hecho, nos reserva en un pueblo de al lado. ‘La Lumbre’ es el sitio y Casalarreina el pueblo. Desde luego, el sitio guapo, la comida más buena y el precio… Ahí lo dejo. Nos ofrecen café en una buhardilla habilitada a modo de salón. Algo novedoso porque rompe la monotonía de la mesa y dejas de lado el bullicio del comedor pasando a un lugar tranquilo y silencioso salvo por una tenue música ambiental de fondo. En fin, qué os voy a contar. Una comida…

Toca seguir la ruta hasta Irún. Las motos a pleno sol. Nos ponemos los bártulos y asentamos nuestras posaderas sobre el achicharrante asiento. Arrancamos y oh, oh, la moto ni pestañea. No es cuestión de batería. Simplemente no quiere arrancar. Ni siquiera a empujones. Paramos diez minutos a la sombra y probamos alguna otra vez con idénticos resultados. Un rato más tarde se me ocurre desenchufar el tomacorriente para el conector USB y… ¡Arranca!. No sé si era el motivo o una casualidad, el caso es que esto nos permite continuar.

El hotel está a casi 200 kilómetros, lo que nos permite llegar a una hora mas que decente, cerca de las 7. Dejamos las motos, y vamos a recepción. Una ducha, un cambio de ropa y a la calle.

Toca cerveza para echar fuera el calor del viaje y relajarnos. Después investigamos y no vemos nada interesante porque estamos en una zona empresarial. Una cafetería que da cenas, sin muchas pretensiones, pero que resulta agradable.

Terminamos con un café en la terraza del hotel y después de una amena charla nos retiramos a descansa, que hemos quedado en bajar a desayunar a las 7:30. Hora de apertura del desayuno.

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