El viaje sigue su curso. La salida de la casa rural ha sido un poco lamentable, como ya comenté en la entrada de ayer, la Herriko taberna estaba cerrada, no había nada en el alojamiento y por tanto no hemos podido desayunar más que un cafe. Hemos tenido que parar en Gorliz, después de hacer la visita al faro, porque ya nos moríamos de hambre.

Faro de Gorliz, Fano Bidea
Visto el faro (tras otra caminata) y solucionado el problema del desayuno, seguimos la ruta y nos dirigimos a Pedreña para comer en el asador la Trainera de Manolín. Antes de ello, nos pasamos por Santoña, porque Jorge quería comprar unas anchoas. Yo de paso he comprado unos patés. Aprovechamos que las ha comprado en un bareto y nos hemos tomado un aperitivo de queso anchoas y cerveza.

Aperitivo en Santoña después del avituallamiento
Después, nos dirigimos ya a comer donde Manolin. Llegamos, y tan amables como siempre, nos reciben encantados. Con un pequeño obsequio en la comida por su parte, nos llenamos en demasía nuestras tripas. ¡Que se le va a hacer! La comida estaba tan buena…
Nos queda aún visitar tres faros antes de llegar a nuestro hotel. El faro de la Cerda en la Magdalena, el de la isla de Mouro, que está frente a la Magdalena, el de Cabo Mayor y el de la Punta del Torco de Afuera. Todos los hemos visto sin mayores incidencias.

Faro de la Cerda, Santander

Faro de la isla de Mouro, Santander

Faro de Cabo Mayor, Santander

Faro de Punta del Torco de Afuera, Suances

Faro de Punta del Torco de Afuera con un toque humano
Por fin llegamos al hotel a eso de las 7:30 de la tarde. Preguntamos por el restaurante. Esto parece ser ya una tónica, el restaurante del hotel está cerrado y no nos queda más remedio que acercarnos a Santillana para buscar un sitio de cenar. No es que tengamos mucha hambre después de la opipara comida, pero algo sí que nos apetece meternos al cuerpo. La estupenda situación del hotel, a 10 minutos escasos andando de Santillana, propician un agradable paseo hasta el pueblo a tomar esas tapas.

Santillana desde la terraza donde hemos cenado

Paseo de regreso al Hotel. Nubes ‘amigables’ a la vista
Después de cenar, el ‘joven’ del grupo, no tenía muchas ganas de pasear , así que nos hemos vuelto al hotel nada más cenar.
No hemos pasado mucho calor durante el día y hemos tenido siempre nubes presentes en el nuestro trayecto. No sabemos si lloverá mañana, pero desde luego esta tarde hemos visto en el horizonte nubes bastante amenazadoras.