Mis viajes y…

Primer día de ruta real. Para los que no hayan leído la documentación digamos que esta es la relación de pueblos por los que hemos pasado:

Lanjarón

órgiva

Soportújar

Pampaneira

Capileira

Busquistar

Trevélez

Cástaras

Juviles

De la mayoría de estos pueblos sólo podemos decir que hemos pasado con la moto y por tanto no los hemos visto con detalle.

De los que hemos visto un poco más podemos citar a Soportújar, un pueblo que vive de las meigas y toda una serie de parafarnalias que han montado a su alrededor.

¿Por qué Soportújar es el pueblo de las brujas?

O, mejor dicho… ¿Por qué a los habitantes de Soportújar se les conoce como «los brujos»? La tradición se fundamenta en el origen gallego de sus ancestros, tras las repoblaciones acaecidas con la expulsión de los moriscos tras la Rebelión de las Alpujarras, en época de Felipe II. Se dice que en esta aldea se instalaron colonos del norte con costumbres y leyendas paganas: hablaban de meigas, aquelarres, de rituales en las noches oscuras, despertando el recelo de sus vecinos. Rumores cubiertos por un velo de secretismo bajo temores supersticiosos y, por supuesto, a la terrible Inquisición. Si bien el origen no ha sido 100% confirmado por las fuentes históricas, lo que sí se sabe seguro es que hubo varias denuncias de brujería que llevó a las autoridades eclesiásticas del «santo oficio» investigar a varias mujeres, por sospechas de herejía.

Hemos comido en Trevélez, quizás el pueblo más famoso de la zona, conocido por sus jamones. Lo que tiene el comer sin conocer dónde te metes, es que hemos comido sin pena ni gloria, por decirlo de algún modo.

La zona es montañosa por cualquier sitio que mires, con lo cual, las carreteras son ideales para las motos y los paisajes impresionantes, para rematar, el asfalto estaba bastante nuevo y todas las curvas han sido una delicia.

A ver, problemas siempre surgen. En este caso dos, la moto de Juan sigue sin arrancar cuando está caliente, lo que no deja de ser un problema. Por otro lado un tema físico de Juan nos ha hecho perder bastante tiempo y no hemos podido ver los pueblos como a mí personalmente me hubiera gustado, no obstante, la ruta ha cumplido con creces las expectativas, al menos en su parte motera, con lo cual podemos darnos por satisfechos.

No es por haberla diseñado yo, porque al final, no sabes cómo va a resultar hasta que realmente no pasas por los sitios con la moto. En este caso, paisajes 👍, carreteras 👍👍 La lástima es hacer estas rutas en pleno verano, con el calor que ello supone.

La cena ha sido curiosa, empezando por la carta, donde se veían platos elaborados que no corresponden mucho con el tipo de hotel que nos hemos encontrado. No es que fuera cutre, digamos más bien que era un poco rancio. Podemos decir entonces que la cena ha estado bien.

Etapa que nos ha gustado bastante y es muy recomendable. Aconsejo a la gente que mire el rutómetro y si puede que la haga.