Bien. La idea principal de mi blog era poner los viajes que he podido realizar a lo largo de mi vida, que no son muchos ni a sitios exóticos -por ahora-. Simplemente quería darme una satisfacción publicándolos, aunque nadie los visite. Puede que amigos y/o familiares a los que les paso la dirección lo hojeen esporádicamente. En cualquier caso, tener este blog es mas una satisfacción personal que otra cosa por lo que no siento la necesidad de ser leído por mucha gente ni ser seguido por nadie. Ya desde el principio se me ocurrió añadir la famosa ‘Y…’ en el blog, pensando que ya que tenía este medio podría escribir sobre lo que se me ocurriera… sigo hablando de que mis entradas son fundamentalmente para mi mismo, pero vamos, si tú que lees esto ahora te gusta, pues mejor. Decía que se me ocurrió añadir ese ‘Y…’ para hablar de cualquier cosa que pudiera ser interesante, obviamente, de algo que sea de interés para mí, ya que como he dicho, esto es algo personal.
En un mundo tan globalizado, hay cientos de noticias diarias que merecen nuestra atención. Cientos de temas sobre los que deberíamos escribir, si, deberíamos, porque si todo el mundo alzara la voz contra tantas injusticias y desmanes, a lo mejor conseguíamos algo; a lo mejor, algún bravucón de los de arriba podría llegar a asustarse y empezar a hacer las cosas como debe, aunque mi esperanza en ello es de baja calidad. ¿Cuánto tiempo lleva el hombre en este mundo? ¿Cuánto hemos mejorado? Seguimos jodiéndola como siempre. ¿Y porqué digo que hablar no vale de nada? Añado otra pregunta ¿Cuántas voces se levantan por ejemplo ante la guerra y el hambre? ¿Ya no hay guerras? ¿Ya no hay hambre? ¿De qué vale que las personas ‘normales’ alcemos nuestra voz? ¿De qué vale que los políticos se reúnan en las Naciones Unidas y hagan propuestas humanitarias si luego llega quién llega y lo veta?…
Si, reconozco que soy muy pesimista, pero los hechos son los hechos. A mí me resulta increíble que en pleno siglo XXI en España se llegue a decir -y hacer- que los comedores escolares deben estar abiertos en verano porque hay malnutrición en los niños, que es la manera elegante para no decir que pasan hambre… y a un tiempo, lees en las noticias la lista Forbes de los hombres más ricos del mundo, donde hay algunos ‘elementos’ que tienen más de 50.000.000.000 de dólares, si, no he añadido ningún cero, más de cincuenta mil millones de dólares ¡Más de un millón de veces un salario medio (y tirando alto diría yo) en España! Y aún hoy, escucho que se lo merecen porque con sus negocios dan trabajo a mucha gente. ¡Trabajo! ¿Qué clase de trabajo? ¿Con qué tipo de contratos? ¿Dónde?, porque muchas de las fábricas de estos ‘individuos’ se trasladan a países como Camboya, donde el salario medio está en 200$. Es que fabricar en tu país está muy caro. Y, claro, como en España hay tan poco paro, que nos llevamos la producción fuera. Que sí, que si no haces esto no eres competitivo porque el resto de Empresas hacen lo mismo y entonces te hundes. Pero claro, ¿quién paga esto? No hay más que mirar a tu alrededor, los mileuristas de hace pocos años son los afortunados de hoy día, porque ahora lo que chuta, son los ochocientoseuristas. Y te dicen que con esa devaluación interna de los salarios somos más competitivos fuera y exportamos más y se puede tener por tanto a más gente trabajando. ¿Es que se puede vivir dignamente con 800€ de sueldo?… y mientras tanto, te restriegan la famosa lista Forbes por las narices.
Bueno, la intención de esto era una introducción y declaración de intenciones sobre ese apartado ‘Y…’ de mi página, pero me he disparado un poquito. Me parece que con todo esto, ya podéis imaginar de qué va esto y de qué van mis pensamientos. Y no son estos los únicos temas sobre los que todos deberíamos hacernos eco de nuestras conciencias. Ya todos sabemos sobre qué deberíamos alzar la voz. Voz que no será escuchada… 🙁
Si, ya he reconocido que soy un tanto… muy negativo. Pero la Historia me da la razón. Llevamos montones de años donde el hombre ha sido y sigue siendo el verdugo de otros, donde la conciencia no está donde debería estar. La vida cotidiana está repleta de falta de respeto por el prójimo, de falta de amor. Lo más triste es que muchos piensan de una manera y actúan de otra. Estamos rodeados de hipócritas.