Visto el error cometido en el itinerario, no me queda otra que ir a Barcelonnette por tener el hotel ya reservado. Tenía dos alternativas volver por donde vine o seguir por Italia hacia abajo. Por dónde vine ayer implicaba pasar un puerto importante, el San Bernardino y con la lluvia prevista no me apetecía mucho ir por el puerto, de modo que he optado por ir por la autovía hasta Turin. No sé si he acertado, pero he tenido lluvia más de la mitad del camino. Eso si, la carretera era buena al ser una autopista de pago.
En un tramo del camino que no llovía y sobre media mañana he parado en un pueblo todavía en Italia y me he tomado un café con leche. Un pueblito que tenía su punto, Aisone. Hacía falta para que el culo se pusiera en su sitio y descansar un rato, y eso que llevaba poco tiempo, 4 horas entre autopista lloviendo y carreteras de curvas. Después del café, he dado una vuelta y tenía su punto. Curioso pueblo.
Siguiendo el camino, tocaba pasar por el Colle della Maddalena (aunque se halla ya en Francia por escasos metros). Hasta el inicio del puerto, no llovia y aquí se han empezado a poner las cosas interesantes, ¿os imagináis el tiempo que haría a la salida de este túnel que debía pasar?
Efectivamente, habéis acertado. Empezó lloviendo ligeramente y luego según llegaba al puerto iba poniéndose una niebla cada vez más espesa. Éstos italianos tienen la costumbre de numerar los tornanti, o sea las revueltas que hace la carretera para ir subiendo, lo que me permite decir que han sido 20 tornantis con lluvia y niebla. Al llegar arriba, que obviamente no he parado para hacer una foto, la niebla era bastante espesa, así que podéis imaginar como ha sido la bajada. Afortunadamente ha sido un trecho relativamente corto pues la niebla me ha abandonado y ha venido un sol espléndido (bueno, sin pasarse). Eso me ha permitido hacer alguna que otra foto y pararme a comer en un restaurante en la bajada, que ponía Open pero estaba vacío, o sea, al final sólo he podido tomar un bocadillo de jamón con queso. Jamón de York por supuesto, pero el pan contundente y la verdad que bueno.
Según la señora de la cajita llegaría al hotel sobre las 3:30 y en esos momentos había más sol que nubes, con lo que decido al estar cerca subir al Col de la Bonette, el más impresionante porque está a 2800 m de altura y así me lo ahorro del día de mañana que es lo que estaba planificado. He subido hasta el final y solo en los últimos kilómetros me he encontrado con las nubes. Niebla. Además por un olvido mío no he hecho la foto en la cima (aunque fuera con niebla) porque hay que tomar una carretera con forma de herradura y no me he acordado de ello.
Las subidas y el puerto en sí, es bastante diferente del resto, tiene muchos espacios abiertos y un paisaje completamente diferente al resto. Aquí podéis ver alguna muestra.
Algo novedoso ha sido la visión de un famoso personaje que habita por estos lares y que se supone abundante, pero esquivo.
A pesar del despiste de no pasar por el ‘testigo’ del puerto, ya arriba las vistas eran nulas, pues las nubes cubrían toda la cima. Curioso porque había arrancado la subida con un sol en todo su esplendor.
Después de bajar sigo hasta el pueblo y busco el hotel. Para dar emoción al asunto está en zona peatonal, viendo que está cerca del inicio decido entrar con la moto. El garaje también está ahí mismo, de modo que arreglo todo y meto la moto al garaje. Como siempre, me quito el uniforme y bajo al pueblo a dar una vuelta. En este caso estoy ya en mitad del meollo. Es un pueblo repleto de restaurantes y de tiendas de recuerdos, es decir, turístico a tope. No exagero si digo que he contado más de 20 restaurantes en la zona céntrica (300m de calle). Difícil será no encontrar dónde cenar.
Pequeño resumen de este coqueto pueblo:
Bueno, pues difícil no sido mucho pero aquí la gente debe cenar antes de lo que yo creía (ya tenía asimilado que era pronto), porque he empezado a cenar a las ocho menos algo y estaban ya recogiendo muchos sitios. Al final he encontrado uno que tenía mucha gente por lo que pensado que sería un buen sitio. He tomado unos gnochis que acompañan con una cosa que llaman jamón que no es ni la mitad de bueno que el Serrano, que digo, ni la cuarta parte y algún otro tipo de embutido. Luego, para darme un homenaje, me he tomado un tiramisú tamaño familiar, pero estaba tan batido el queso y resultaba tan ligero que me lo he comido todo sin rechistar.
Respecto a la etapa de mañana, arranco de nuevo con lluvia según las previsiones, pero la etapa es corta y posiblemente no me levante tan pronto. Así al menos se hará más llevadera, porque hoy he descubierto que me duelen muchas partes del cuerpo. Estaré empezando a hacerme mayor.