La maldita señora de la cajita del tiempo no se equivoca. Y la de la tele tampoco. Por de pronto tengo que arrancar con lluvia, como estaba previsto. Veremos cómo pongo el navegador para que no se moje, porque claro, como es habitual me olvide el protector en casa.
Bueno, hoy ha habido de todo un poco, sol y lluvia aunque más de lo primero, afortunadamente. Carreteras de 130, de 100 y otras que pasar de 70 sería un suicidio.
Tocaba ver las gargantas del Verdon. Y las he visto, pero poco. En las Gargantas he tenido dos pequeños incidentes. Uno que la señal del GPS se perdía en según que zonas, normalmente bajo bosque denso y otra es que se ha fundido la bombilla de la luz corta. A mí, que estas averías tontas me ponen de mal humor, han causado que no parase demasiado. Además, el despiste del navegador me ha hecho retrasarme en la etapa más de lo previsto. Al final, la avería de la bombilla he podido solucionarla comprando una bombilla en un taller increíble. Al menos, a mí me parece increíble que haya podido encontrar una bombilla del tipo de la fundida entre el caos que había dentro. Hay fotos de fuera… Por dentro es igual o peor. El caso, es que la bombilla valía y funcionaba. Problema solucionado. De todos modos, he visto lo suficiente para afirmar que las gargantas son impresionantes. Unos tajos con una altura increíble y una anchura de lado a lado por donde iba la carretera espectacular. Sin duda, a pesar de mi mal humor, es algo que merece la pena ver.
Como decía antes, el navegador ha funcionado a medias, en las carreteras estas o pierde la señal o hay algo mal en los mapas. Al final con un poco de suerte y de intuición he llegado a destino.
El hotel está curioso. Limpio y acogedor. Aunque las toallas… La moto esta en la puerta con el candado y está terriblemente asquerosa, pero como no se dónde ni cuando, no pienso lavarla. Da pena verla porque ha cogido mucho polvo y barro de todas las carreteras por las que pasado que estaban mojadas. Si en algún sitio encuentro una manguera intentaré limpiarla un poco.
De las comidas mejor no hablar. La avería me ha pillado sobre la hora de la comida. No pensaba en otra cosa más que en encontrar la dichosa bombilla. Algo que hice en el taller que os he comentado y al módico precio de 14 € cuando en España no llega a 4€. No es que lo valiera en Francia, es que te ven extranjero y con una necesidad y directamente te roban. Para que luego digan que ‘fuera’ son más honrados, ja.
Como es pronto, voy a dar una vuelta a ver qué me ofrece éste pueblo.
Después de la ducha parezco más decente. Casi que voy a cenar ya. Hoy tocaba Italiano, hay uno al lado del hotel con pizza 4 quesos. A ver que tal está.
No estaba mala la pizza. Una vez cenado ( a las nueve de la noche) y dada la correspondiente vuelta para bajar un poco la cena, me voy a la cama. Así no cuesta nada levantarse a las siete. Además, no se ve mucha marcha por aquí.
La predicción para mañana es de poca agua. Veremos.