Bueno por fin entramos en ruta. Primera etapa de acercamiento y con una cantidad importante de autopista, pero con la idea de visitar ciertos pueblos interesantes de camino como Fregenal de la Sierra, Aracena y Niebla que me han permitido tener una buena ración de curvas y olvidarme de la monotonía de las Autopistas.
La salida de Madrid lo peor, velocidad límite a 70 en la A5 hasta Alcorcón. Luego autopista, lo dicho.
De la A5 paso a la A66 y por fin llegó al desvío a Fregenal, esto me permite pasar a carreteras nacionales y meterme hacia la sierra de Aracena con lo que como os podéis imaginar aparecen las curvas. Hasta llegar a Fregenal, las curvas son buenas y con buen asfalto, son de esas que tienes que tumbar si no quieres hacerte un recto.
Por fin llego a Fregenal, casi a la hora de la comida. Es un pueblo blanco con calles estrechas y empedradas y la verdad es que me ha parecido bastante bonito y agradable. Ahí he parado a comer y he tomado mi tubito de Clara y una media ración de Presa de tamaño un poco más que aceptable para ser media ración.
Fregenal de la Sierra. Parroquia de Santa María de la Plaza
Después del refrigerio, para llegar a Aracena hay que seguir con curvas, que disgusto, porque estamos en plena Sierra. Llego a una hora en la que el sol es implacable, un calor espantoso y nadie por las calles. La vista desde un mirador separado del pueblo es espectacular, pero luego te acercas y los monumentos… pues no me han parecido gran cosa. Son de buen tamaño eso sí pero la verdad es que no me han parecido nada bonitos.

Vista de Aracena

Aracena. Parroquia Nuestra Señora de la Asunción
Nadie por las calles, terrazas a pleno sol, no apetecía pasear y menos sentarse en esas terrazas tan calurosas. Buscaba la gruta de las Maravillas, pero estaba cerrada a la hora en que he pasado. Los horarios no perdonan, de modo que después de dar una vuelta con la moto y visitar lo más importante decido seguir hacia Niebla mi próximo punto de destino.
Antes de llegar se pasa por las Minas de Riotinto. La verdad es que tenía que haberme parado y hacer una foto porque es espectacular el movimiento de tierras y la maquinaria que tienen allí. He seguido de largo pero es cierto que me ha parecido interesante de ver.
Por fin llegó a Niebla. Simplemente es un pueblo construido alrededor de un Castillo, impresionante, con largas murallas. No te esperas algo así. Monumentos con cañones jalonan el pueblo. La verdad es que impresiona un poco. El Castillo es lo único que merece la pena, aunque no tiene mucho contenido, solo alguna torre y lo que más y mejor conservado está son las murallas, eso sí, no comparéis con Avila ni en calidad, ni mucho menos en cantidad. Por lo demás el pueblo es bastante normalito, aún así la vista de un castillo así en un pueblo como Niebla justifica mi desvío. Además para llegar, he seguido por carreteras nacionales y enlazando más curvas nuevamente, por lo que ha sido doblemente agradable. El calor sigue siendo la tónica general, por lo que no me queda más remedio que parar en una terracita y tomarme algo fresquito para poder seguir adelante.

Niebla. Murallas

Niebla. Iglesia de Santa María de la Granada
Por último llego a Lepe, mi destino. El hotel está bastante bien acondicionado, las habitaciones son agradables y bastante nuevas, la cama parece buena y tiene jacuzzi lo malo es que no me traído bañador.
Bueno me toca darme una duchita, ponerme el traje de civil y salir a dar una vuelta a ver si encuentro algo para cenar porque aquí de ver no hay nada.
La cena ha sido una ensaladilla de marisco y unos chocos. Como la fruta en casi cualquier sitio brilla por su ausencia me he decantado por tomar un Bifrutas de la maquinita del hotel. Digo yo que será menos malo que nada.
Voy a repasar la ruta de mañana y como hago en estos viajes me acostaré pronto porque mañana a las 7 me toca levantarme.