Bueno. Llover no llueve pero el suelo está mojado, menos mal que ayer tuve un sol espléndido.
Ya en el hotel procedo al resumen de esta jornada. Que como ya vaticiné ayer, no tiene mucho que decir porque sólo era carretera y manta hacia Madrid, aunque con parada intermedia en Calella, porque si no serían más de 1500 kilómetros y eso no hay cuerpo que lo aguante. O por lo menos el mío no.
Lo único reseñable es que pensando en un restaurante español… bueno, no francés mejor dicho, casi hago toda la etapa de corrido, y eso que ‘sólo’ eran 480 kms.. Al final he parado unos kilómetros antes de Calella en un restaurante que tenía muy buena pinta por fuera… Luego, por dentro, también.
Pasada la frontera. Cerca ya de Calella
Una vez comido continúo hasta el hotel. Ya tenemos una pega, el parking está a manzana y media con lo que tengo que dejar la moto y llevar todo el equipaje a cuestas hasta el hotel. La temperatura aquí es mucho más alta y estando al lado del mar húmeda. Toda la ropa está empapada de sudor, ni que decir como estoy yo. Hasta ahora me cambiaba y bajaba a dar una vuelta a la ciudad donde estaba, hoy eso es imposible, por dos motivos, Calella no tiene nada que ver y además hoy es obligatorio ducharse y cambiarse antes de salir. Y en eso estamos.
Bueno, mucho que ver no tiene, la verdad. Pero resulta que están en fiestas y así se ha hecho más llevadero. Pequeño resumen de mi visita:
Menos mal que mañana es ya el último día, porque se me ha puesto la ciática a incordiar y me cuesta moverme bien. Menos mal que en la moto voy razonablemente bien.